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Whatsapp está llamado a ser uno de los mejores negocios de los últimos años. Sin publicidad durante su uso y con una competencia feroz a nivel internacional, el sistema de mensajería en smartphones más utilizado del mundo fue comprado por Facebook nada menos que a cambio de 19.000 millones de dólares.
Conociendo ya todo el mundo a Mark Zuckerberg, pese a que las miradas fueron de extrañeza, nadie se atrevió a considerar una locura su movimiento estratégico en el mercado. Cuando se hizo realidad la compra, en febrero de 2014, Whatsapp contaba con unos 465 millones de usuarios. En aquél momento su ritmo de crecimiento era de en torno a un millón más cada día.
Ahora, año y medio después, Whatsapp tiene casi 1.000 millones de usuarios y su curva de altas está en el mejor momento. La compra realizada por Zuckerberg cada vez parece haber sido más una ganga que una inversión alocada. Y el mercado además le da la razón.
La competencia de la empresa de mensajería es cada vez más tímida. Facebook Messenger cuenta con 700 millones de usuarios y encima es propiedad también de Facebook, al ser un servicio anexo. Por otro lado la competencia más importante viene de la mano de WeChat, pero parece estancada en 600 millones de usuarios al mes.
Es cierto que todavía no se ha sacado una rentabilidad efectiva a los millones de usuarios de Whatsapp pero, igual que sus creadores se arriesgaron y consiguieron ganar el primer premio con la venta de la empresa a Facebook, la red social más importante del mundo no es precisamente una compañía que no sepa rentabilizar cada una de sus acciones hasta el más mínimo detalle.
¿Qué hará Zuckerberg para conseguir el dinero de los usuarios de Whatsapp? No sabemos su estrategia, si es que está definida a estas alturas, pero sí podemos confiar en qué evitará hacer. Para empezar Whatsapp ha mantenido su estilo propio de simplicidad y eficiencia. Además, ha preferido no integrar anuncios publicitarios para que la experiencia del usuario sea la mejor posible. También ha optado por centrarse en la comunicación directa por palabras, sin inversiones desorbitadas en contenido gráfico o audiovisual que la competencia sí aprovecha de forma más agresiva. Por último, cuenta con uno de los comodines más atractivos para la industria digital, el tiempo del usuario, pues Whatsapp es una de las aplicaciones no sólo más descargadas, sino también más utilizadas de media diaria.
