La bebida gaseosa más conocida del mundo no pasa por su mejor momento, ni comercialmente ni como marca reconocida. Esto afecta por descontado a los inversores y a su situación en Bolsa que, tras conocerse la pérdida de beneficios por séptimo trimestre consecutivo, ha sufrido una caída del 2%.
En este artículo encontrarás:
Cuando 8.000 millones no son suficientes
Coca-Cola ha confirmado unos beneficios en 2016 de 8.140 millones de dólares. Esta cifra, que para la mayoría de empresas supondría un sueño que jamás vivirán, para la conocida marca de refrescos supone una nueva pérdida de ganancias, de las que el retroceso del 70% hasta 515 millones corresponde solo al último trimestre.
De esta forma, la facturación de la empresa es de 41.860 millones de dólares, lo que supone un 5% menos que el año pasado. La alarma continua dado que si nos ceñimos al último trimestre, el descenso ha sido mayor, del 6%. Curiosamente llevamos con este ya 7 trimestres, en los que Coca-Cola tiene que explicar a sus inversores por qué los beneficios menguan.
Razones del problema de Coca-Cola
En realidad no hay un único motivo, pese a que puede adivinarse la tendencia. Los hábitos de consumo están cambiando. La motivación de una vida saludable y, complementariamente, bebidas sanas con poco azúcar, sin gas y naturales, va en contra directamente de la filosofía sobre la que se creó Coca-Cola, un refresco químico, azucarado, lleno de energía y muy refrescante.
La situación ha derivado incluso a la rumorología sobre sanciones motivadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según las cuales se impondría una tasa a todas las bebidas que fomenten la obesidad, con porcentajes elevados de azúcar.
No es el único problema. El dólar está siendo demasiado fuerte para las operaciones comerciales. Esto obliga a que algunas multinacionales asuman pérdidas, pues es más difícil competir con la moneda local y, por tanto, las operaciones de importación y exportación se dificultan.
Soluciones a corto plazo
Coca-Cola no se va a quedar de brazos cruzados, mientras su valor comercial pierde gas. A la comercialización de nuevos productos en los que se fomenta un contenido mucho más saludable, tanto por descenso del azúcar en la mezcla, como por la ausencia total de ella, se le suman otras medidas.
En primer lugar se espera un crecimiento notable en los países emergentes, donde se ha realizado una gran inversión. Por otro lado, en los países donde ya tiene una presencia sólida, se baraja el aumento del precio y la disminución de contenido por el mismo valor, con el fin de incrementar la rentabilidad.