Las expectativas de crecimiento de las grandes entidades bancarias con respecto a España (igual que sucede con otros países y sus respectivas entidades), implican una motivación de la inversión superior a la de muchos informes económicos por muy favorables que éstos pudiesen presentarse.
En los días recientes BBVA Research ha hecho lo propio con la economía española, al identificar según sus criterios analistas y económicos, que el crecimiento nacional será superior a lo esperado, hasta alcanzar un 2,7% en 2017.
El Gobierno español ha dicho siempre que la expectativa de crecimiento será este año del 2,5% por lo que supone un ligero incremento que motiva todavía más la confianza en la inversión extranjera en el país. Sin embargo, sigue estando por debajo del crecimiento mostrado el año pasado. En 2016 dicho crecimiento alcanzó un 3,2%.
El crecimiento del PIB durante el primer trimestre del año 2017 está motivando estos nuevos análisis, mucho más optimistas con respecto al futuro económico del país. Las cifras podrían seguir creciendo, sobre todo con un objetivo claro que es la creación de empleo que, según estos análisis, se podría cerrar a las puertas de 2018 con 900.000 nuevos puestos de trabajo. Esto dejaría la tasa de paro en un mínimo interesante que seguiría incentivando más inversión todavía, en un 15,8%.
No obstante, la inversión en España no está reñida con el corto plazo, sino con el largo plazo. La inestabilidad que presenta 2017 en diferentes ámbitos invalida casi todos los pronósticos en los próximos años, por lo que aunque la previsión del crecimiento es positiva en el país, las inversiones subyacentes de la misma serán menores y con una búsqueda de rentabilidad inmediata. Hacerlo a más largo plazo supondría un riesgo demasiado importante para cualquier empresa.
Algunos de estos temores son esencialmente nacionales, con el peligro de la corrupción, elecciones anticipadas y la continuidad del bipartidismo como partes centrales de este tipo de análisis. La buena noticia es que algunos sectores económicos como el turismo, presentan récords históricos, que asientan una importante base sobre la que establecer esa confianza económica en España.
A nivel extranjero, como sucede en muchos otros países, las consecuencias del Brexit siguen siendo motivo de preocupación, del mismo modo que la política proteccionista estadounidense que está implantando Donald Trump.
Por otro lado, 2017 será un año de inflación, lo que va a influir tanto en las inversiones nacionales como en las relaciones de exportación e importación.