Todos los inversores han estado atentos al dólar desde que Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos informase en Julio de su disposición a que los tipos de interés por fin repuntaran, después de varios años (concretamente desde 2008) fijados en el 0%. El anuncio informó de antes de fin de año, probablemente durante el mes de septiembre, se daría la esperada subirá. Sin embargo, Agosto fue un mes desastroso para la divisa norteamericana y la decisión sobre los tipos de interés, aunque se daba por cerrada y desde la Reserva Federal lo confirmaban, parecía más lejana que nunca. La crisis económica en China hacía temer lo peor de cara a 2016.
Hasta el momento, los tipos de interés al 0% suponían una ayuda a la economía, en aras de evitar una posible recesión derivada de la crisis económica. La última vez que los tipos de interés subieron fue en 2006, aunque la situación era bastante diferente respecto a la actualidad, pues por entonces superaban el 5%.
Finalmente, el miércoles 16 de diciembre se produjo la subida de tipos de interés, aunque el baremo alcanzado es del 0,25%. Janet Yellen ha explicado que pese a ser tan mínima la subida, es una decisión muy importante, dado que supone confirmar el fin de la crisis y fomentar una mayor liquidez económica.
Consecuencias para los inversores
Por fin los inversores pueden actuar con respecto a los tipos de interés estadounidenses. Obviamente, quien se adelantara a la decisión es quien más beneficios obtendrá. El dólar ha subido y seguirá haciéndolo en 2016, ya que sus efectos se consideran viables a medio plazo. El euro, sin embargo, está previsto que agudice su debilidad respecto a la divisa estadounidense.
Las exportaciones no parece que vayan a ser el mejor negocio a corto plazo, pues se verán afectadas por el aumento de los tipos de interés. Sin embargo, los turistas norteamericanos serán muchos más, algo positivo teniendo en cuenta que ya habían presentado cifras de crecimiento los últimos años. Quien tenga deuda verá perjudicada su inversión, dado que le afectarán los tipos de interés, pero quien la ofrezca a partir de ahora conseguirá mayores beneficios que hasta ahora.
En general, se da por sentado que la economía estadounidense ya no necesita motivación extra y que serán los propios ciudadanos los que fomentarán un flujo de dinero mayor.