El hecho de que la crisis haya remitido y que el mercado inmobiliario comience a ver ciertos atisbos de esperanza, aunque alejados de la edad de oro de hace años, motiva el movimiento entre las grandes inmobiliarias y, sobre todo, la de las entidades que las controlan.
En el caso de Metrovacesa,varios bancos tienen actualmente repartidas las acciones que delimitan la propiedad de sus acciones. Desde hace aproximadamente 8 meses, el Banco Santander adquirió la participación de Bankia y consiguió de esta forma ser el socio inversor con más poder de decisión al abarcar él solo el 55,8% de la inmobiliaria. Ahora sin embargo su papel predominante se ve reforzado al comprar al Banco Sabadell su participación del 13,8%.
Con este movimiento, el Banco Santander pasa a controlar el 72,5% de Metrovacesa, compartiendo así el total con el resto de entidades como BBVA que tiene una participación de hasta el 19,4% y con el Banco Popular, que cuenta con una participación del 7,9%. Todo ello, además, tras la estrategia de recapitalización que tanto necesitaba la inmobiliaria.
El objetivo de Metrovacesa va más allá de una recuperación paulatina en sintonía con el mercado inmobiliario. La empresa tiene fijado el año 2020 como objetivo prioritario en sus acciones para el desarrollo completo de toda su cartera, que no es limitada precisamente.
En lo que respecta a terreno para oficinas, comercios y hoteles, Metrovacesa cuenta actualmente con una oferta disponible de 1,1 millones de metros cuadrados repartidos sobre todo entre Madrid y Barcelona. Por otra parte, el suelo urbanizable que tiene entre su cartera asciende hasta los 2,5 millones de metros cuadrados, en este caso con un mayor reparto entre todas las ciudades de España.
Todo esto sucede en medio de una mejora del mercado inmobiliario diversificada entre las principales ciudades Madrid, Barcelona, toda la Comunidad Valenciana y Andalucía. Además, destaca el predominio de vivienda usada como mecanismo impulsor del sector, frente a vivienda nueva, que no sólo ha visto reducido su ritmo de crecimiento, sino que la cantidad de ventas registradas no consigue atisbar una recuperación notable, ni tampoco una burbuja que de nuevo pudiera estallar en las manos de cualquier valiente.
Metrovacesa y, sobre todo, sus principales socios capitalistas tienen frente a ellos el reto de seguir el ritmo del mercado a dos bandas, entre las ciudades que más terreno consiguen poner en manos de nuevos propietarios y aquellas en las que el sector permanece igualmente casi parado.