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La inversión en el mercado de divisas, además de ser una de las más complejas de todas las que existe hoy en día, también es curiosamente una de las más volátiles. No obstante, en pocas ocasiones como la actual es posible ver de primera mano que sucede algo que demuestra la dependencia que tienen las divisas internacionales de la confianza de los inversores, por encima incluso de resultados palpables.
Está sucediendo en la actualidad que nos rodea. La libra se hunde en la Bolsa. Los inversores huyen de ella. ¿A qué se debe esta retirada de confianza a una moneda como la británica que siempre ha sido sinónimo de estabilidad?
Pues básicamente, a que los propios británicos han demostrado su falta de confianza en los demás y, como si el mismo destino les quisiera hacer pagar con la misma moneda, los inversores han respondido de la misma manera, perdiendo la confianza, algo que en la práctica supone destinar el dinero invertido a otros objetivos.
Todo se ha precipitado desde que el Brexit en negativo es cada vez una opción más plausible tras las declaraciones del alcalde de Londres, Boris Johnson, de querer apoyar el referéndum del Brexit que se celebrará el 23 de junio.
Este día los ciudadanos británicos tienen una importante responsabilidad y es que van a decidir si continúan o no en la Unión Europea. De salir el NO victorioso, Reino Unido tendría que aceptar la decisión del pueblo e iniciar los trámites para continuar con una política económica no vinculada directamente a las decisiones que se impongan desde Bruselas. O, dicho de otro modo, los británicos dejarían de confiar en el proyecto europeo para su propio destino económico.
Lejos de entrar en el debate de si los ciudadanos británicos deberían votar SÍ o votar NO, lo cierto es que los inversores ya han decidido por todos ellos. La fuga de capitales hacia otras divisas o empresas del extranjero es constante. La devaluación de la libra en el comercio de divisas también se está notando cada vez más con caídas que llegan al 3% semanal con respecto al dólar, al euro e incluso al yen japonés.
Los inversores, no obstante, no sólo están huyendo de la libra, sino también del mercado de divisas, pues se está haciendo tan volátil y está sufriendo tanto en los últimos meses que, sin el apoyo de expertos profesionales, la inversión supone un riesgo muy alto, lo que está fomentando el resguardo en inversiones consideradas refugio.
