La celebración del Black Friday en Estados Unidos se remonta a hace más de 50 años, cada vez con más éxito que el anterior. Sin embargo, en España su puesta en práctica es bastante más reciente. Y el éxito sigue la misma tendencia que en su país natal.
Black Friday tiene un doble significado como concepto. Por un lado “black” hace referencia a los libros de contabilidad, que pasaban de rojos a negros gracias a la gran cantidad de ventas realizados ese día. Por otro lado, el término “friday” está presente porque el evento tiene lugar el viernes después del cuarto jueves del mes de noviembre.
Pero esto sólo es terminología. En realidad, el Black Friday simboliza el inicio de la temporada de compras navideñas y del mayor consumismo de todo el año. Para algunas empresas, de hecho, representa una oportunidad única para hacer balance positivo de sus cuentas.
El consumismo, sin embargo, no tiene límites ni para las empresas que lo ofrecen ni para los clientes que lo buscan. Por esa razón, la celebración del Black Friday cada vez se extiende más allá del viernes concreto. De hecho este año se iniciará el lunes 23 de noviembre y durará hasta el domingo 29 tanto en tiendas online como en tiendas físicas.
Pero no es la única celebración, el lunes 30 de noviembre se celebra acto seguido el Cybermonday, una celebración también con ofertas y descuentos, pero que afecta exclusivamente al comercio electrónico, con el fin de potenciar las ventas únicamente a través de Internet.
Los descuentos ofrecidos pueden variar según qué tiendas se apunten al Black Friday, que cada vez son mayor cantidad. Amazon, por ejemplo, ofrece descuentos temporales no previstos, con el fin de que los usuarios visiten a menudo su web desde el primer día que comienzan las ofertas. Otras empresas con tiendas inmensas como El Corte Inglés, sencillamente, no desvelan nada de su estrategia con el fin de causar el mayor impacto posible cuando llega el inicio de las ofertas.
A nivel empresarial es un momento perfecto para eliminar stock sobrante, potenciar las compras y atraer la atención de los consumidores, esperando que dichas compras se extiendan a lo largo del siguiente mes de diciembre.
También supone una oportunidad para ponderar el interés de los consumidores con respecto a los productos existentes y valorar si el lanzamiento de futuros productos en las próximas semanas va a generar suficiente rentabilidad o vale la pena esperar unos meses.