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Las franquicias están experimentando los últimos años un incremento constante en cuanto a cantidad de establecimientos abiertos, calidad de producción y mejora de la rentabilidad económica.
En este artículo hemos querido reunir algunas de las principales ventajas por las que los inversores y emprendedores deciden sumarse a una franquicia, teniendo además en cuenta el hecho de que la situación económica, tecnológica y social es bastante diferente a la de hace unos años.
En primer lugar sigue siendo la necesidad de menor inversión que un nuevo negocio la principal ventaja de abrir una franquicia. Aprovechar los beneficios de una marca ya creada y necesitar un menor presupuesto es suficientemente atractivo como para considerar este sector como uno de los mejores para lanzarse a la aventura comercial.
Además, hoy en día el perfil de emprendedor está mucho más definido y es más común que años atrás. El emprendedor, uno de los potenciales perfiles de inversores en franquicias, tiene sin embargo bastantes obstáculos, como el desconocimiento del sector.
Uno de los aspectos que más se valora de una buena franquicia es el soporte, ayuda y asesoramiento de los responsables de la misma a la hora de abrir una franquicia. Es lógico que un emprendedor sin experiencia no sepa ni por dónde empezar para abrir una franquicia de librerías, de alimentación o de moda. Este sorporte constituye de esta forma una ayuda inmejorable para que el nuevo franquiciado se dirija lo más estable posible hacia un éxito comercial completo.
Al mismo tiempo, las franquicias hoy en día consiguen un soporte promocional inimaginable hace unos años, gracias a la tecnología imperante con buscadores, comparadores y redes sociales. Esto supone una gran ventaja en el sector concreto de las franquicias, dado que el establecimiento de una marca, nacional o internacional, que aprovecha los perfiles de la matriz y los perfiles locales, puede tener una repercusión publicitaria y viral con la que se obtengan rápidamente beneficios. Años antes, la promoción en determinados soportes tradicionales y la falta de unas campañas previas de branding correctas, avocaban al inversor a su propia suerte a la hora de dar a conocer (o intentarlo) la franquicia que acaba de abrir.
Por último está la externalización. Las franquicias en España están experimentando un auge tan importante, que la posibilidad de exportar el modelo de negocio a otros países del mundo es cada vez más atractiva para los inversores. Buena prueba de ello es la creciente cifra de apertura de franquicias españolas en otros continentes.
