Ikea es una empresa sueca que disfruta de una gran reputación internacional por la calidad y precio de sus productos y pocas veces ha tenido que rectificar en este sector. Sin embargo en lo referente a otros mercados a veces ha tenido que reconocer su poco acierto como inversor y retirar productos del mercado.
Esta vez se trata del chocolate, una de las piezas estrellas de la empresa que orgullosamente presenta como parte de la alimentación sueca. Ahora sin embargo, vuelve a tener que retirar del mercado algunas de sus marcas más conocidas por la inclusión de alérgenos.
En concreto Ikea ha anunciado la retirada de estos tipos de chocolate de su tienda:
- El Chokladkrokant Bredbar de 400g
- El Chokolad Lingon & Bläbar de 180g
- El Chokolad Ljus Utz de 100g
- El Chokolad Nöt Utz de 100g
- El Godis Chokladkrokant de 450g
- El Godis Chokoladran de 168g
Ikea ha anunciado como ya hiciera en otra ocasión con productos de diverso tipo que los clientes que compraran estos productos pueden recibir un reembolso completo, sin embargo más que el enfado de estos consumidores de chocolate, es la imagen de Ikea lo que más debería preocupar a la empresa, al no ser el primer caso de alimentación que debe retirar de su comercialización en muy poco tiempo.
Precisamente hace apenas unos días Ikea ya anunciaba que dos de sus modelos de chocolate tenían que ser retirados, concretamente el de la marca Chokland Mörk con un 60% de chocolate y el modelo de la misma marca con un 70%. En este caso el motivo de la retirada se basó en la inclusión de leche y avellanas de manera incorrecta en ellos. Y lo peor de todo es que no es el único tipo de alimentación que ha tenido que quitar.
Anteriormente, uno de sus productos estrella del restaurante, el de las albóndigas, también tuvo que ser retirado por incluir carne de caballo. Peor todavía fue el anuncio de retirada de 23 de sus postres que incluían un riesgo potencial de contaminación fecal.
Ante esta situación, Ikea se presenta como una empresa con acierto en buena parte de sus muebles, pero de nuevo fracasa al intentar otras vías de negocio. Con un historial de este tipo, los consumidores temen qué comprar en su tienda de alimentación, por el miedo a tener que devolver los productos o no estar correctamente supervisados antes de su venta al público.