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Hoy en día todo el mundo tiene teléfono móvil de última generación y da por sentado que el efecto evolutivo de la tecnología debe seguir un ritmo imparable. Sin embargo, para que todos estos avances puedan hacerse efectivos a la velocidad deseada, ciertos pasos han de darse primero. Uno de ellos es relativo a la tecnología de cobertura de Internet y transmisión de datos digitales, lo que se conoce como 3G, 4G y 5G.
El sector estaba ante un reto importante por un litigio que ha tardado casi 12 meses en, como mínimo, llegar a un punto neutral (tampoco hay que presuponer que está zanjado por completo). Se trata del conflicto que Apple y Ericsson habían generado por un problema en las patentes de esta tecnología.
Si el acuerdo no llega a tener lugar, se hubiese llegado a un juicio que afectaría a los países de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Holanda y aunque no se sabe qué acuerdo económico ha podido suscitar le negociación, lo cierto es que el temor de las consecuencias de un litigio de esta envergadura en los países mencionados ha debido facilitar en gran medida la necesidad de llegar a un acuerdo.
Se trata de la denominada firma de Cupertino, un acuerdo que por 7 años permite a ambas empresas intercambiar sus respectivas licencias relativas a tecnología 2G, 3G, 4G y LTE.
Las consecuencias en el mercado de inversiones no se hicieron esperar. La compañía Ericsson vio cómo sus acciones en el mercado de Estocolmo subían nada menos que un 7%. «Confianza» es el término clave que se ha conseguido transmitir con este acuerdo y, como es habitual, el sentimiento se traduce en una mayor inversión por parte de los accionistas.
También para Apple ha sido beneficioso aunque no se haya visto reflejado tan claro en las acciones como le ha sucedido. La compañía ha confirmado la necesidad de contar con estas licencias para que la tecnología pueda seguir avanzando, del mismo modo que necesitan que los terminales actuales no se vean limitadas por restricciones de este tipo.
Con todo, falta por dilucidar qué pasará dentro de 7 años o qué sucederá cuando salga una nueva patente relacionada con nueva tecnología. No parece, sin embargo, que estos desacuerdos afecten al usuario medio, pero sí al devenir de corporaciones empresariales como Apple y Ericsson, si no que se lo cuenten a Samsung y sus litigios también con Apple, que han repercutido en desarrollo de tecnología y rentabilidad de terminales.
