A raíz de un informe de la empresa de investigación de mercados eMarketer, se ha podido saber que la publicidad en redes sociales como Twitter y Facebook se ha incrementado notablemente durante 2015. Concretamente se ha pasado de 16 billones de euros en inversión en 2014 hasta 21 billones en el año 2015.
Con esto se afianza tanto el modelo de negocio de este tipo de entornos digitales, que se nutren prácticamente al 100% de esta publicidad online de agencias y empresas, como también el hecho de que es una publicidad efectiva.
Gurús improvisados de principios de las redes sociales ya auguraron con bastante desacierto la desaparición de este modelo de negocio por no ser rentable, así como al cabo de los años viendo que seguían creciendo imparablemente, concluían una poca efectividad de los anuncios promocionales.
Ni de lejos se acercaron, como ha quedado patente. Los anuncios en Facebook y Twitter gozan de una segmentación tan detallada que ninguna otra empresa puede competir de forma fiable a este nivel. Unido a una difusión que ya se estima en miles de millones de usuarios, las posibilidades publicitarias en redes sociales son tan amplias que ninguna empresa quiere desaprovechar la oportunidad de invertir en ellas.
No obstante, el informe deja también claro algo que ciertamente no era evidente desde un principio. Estos gurús improvisados volvieron a estimar un futuro derrotista, pero aunque no se puede desacreditar que al final lleguemos a algo parecido, lo cierto es que el sector de la televisión no está ni de lejos tan mal como se creía.
El informe refleja que la televisión sigue siendo la plataforma preferida donde invertir, la que más efectividad tiene con sus anuncios y la que más dinero mueve, concretamente el 42% de todo el volumen publicitario.
La conclusión a la que se llega con esta situación, en relación a las redes sociales, es que la inversión publicitaria no se ha recortado en exceso de la televisión, sino de otros soportes más tradicionales y con mucha menor eficacia promocional. De esta forma, la combinación de Internet y televisión en una campaña de marketing se convierte en la apuesta preferida sobre todo por las grandes marcas que, a su vez, aprovechan el imparable auge de redes como YouTube, sobre todo en lo que respecta a contenido audiovisual. Si en el futuro la televisión sufrirá una mayor caída de su inversión publicitaria aún está por ver, pero la trayectoria actual no parece vislumbrar un futuro tan malo.