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El hecho de que la compañía alemana Volkswagen se encuentra en una auténtica crisis económica y de reputación empresarial es innegable. El pasado mes de septiembre se daba a conocer la noticia de que la empresa había trucado sus vehículos más recientes para superar tests de contaminación medioambiental.
En total 11 millones de vehículos en todo el mundo han sido detectados como «víctimas» de este caso, aunque lógicamente son las verdaderas víctimas, los conductores que comprar expresamente este tipo de vehículos por su respeto en las emisiones los que todavía tienen pendiente saber qué cantidad de dinero recibirán como indemnización.
Mientras tanto, en Volkswagen hacen cuentas. Las primeras obviamente enfocadas a la reducción de costes tanto por los daños que tendrá que reparar, como también por el escaso apoyo que prevé que tendrán sus nuevos modelos de los inversores.
Sin embargo, hay una cuestión a tener en cuenta en un tema de esta categoría y es cómo quedan expuestos los próximos modelos de Volkswagen. Está bastante claro que cuando la compañía ponga a disposición de las autoridades pertinentes sus nuevos modelos para un completo análisis de sus especificaciones mecánicas y electrónicas, los responsables van a tener la orden de mirar con lupa hasta el más pequeño milímetro del vehículo con el fin de no dejar que se escape ni la más mínima infracción.
Quizás sea aventurado decir que Volkswagen será la compañía que centre más sus esfuerzos en superar estos tests, pero ya ha manifestado su intención de utilizar tecnologías más avanzadas en sus coches diésel, los que han sido víctima de este problema.
Por ejemplo, el modelo Phaeton será completamente eléctrico en sus próximas versiones. Volkswagen no quiere arriesgarse ni lo más mínimo en cuestiones medioambientales y por esa razón su objetivo no es sólo cumplir la ley, sino cumplirla mejor que nadie o, en otras palabras, conseguir la máxima eficiencia por encima de la competencia en este sentido.
Esto motiva a una inversión en nuevas tecnologías con las que la contaminación de los vehículos se vaya reduciendo hasta el objetivo básico de emisiones cero y coste medioambiental mínimo en su fabricación y desarrollo.
En principio no parece que los millonarios recortes anuales que la compañía está anunciando afecten a esta investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, pero sí está queda patente que si hay algún sector dentro de las funciones de Volkswagen en el que invertir ahora buscará el máximo beneficio a corto y medio plazo es, precisamente, el de nuevas tecnologías medioambientales.
